¿Por qué emigramos?

Tomado del libro Inteligencia Migratoria. ¿Me quedo o me voy?
Por Oscar Hernández Bernalette y Alfredo Zuloaga



No hay una persona, no importa su nivel cultural, económico, viva donde viva, que en algún momento, en lo más íntimo de sus fueros, no se haya planteado la opción de partir.
En el momento que usted está leyendo estas líneas, miles de seres humanos están naciendo y muchos otros están emigrando; de los que nacen, muchos serán emigrantes. El mundo globalizado ha acelerado las migraciones internacionales. Cada día hay más emigrantes cruzando fronteras, buscando oportunidades o huyendo de las calamidades.

La emigración ha sido definida por la Organización Internacional para las Migraciones como el movimiento de una persona o grupo de personas de una unidad geográfica a otra, a través de fronteras administrativas o políticas, que desean establecerse, definitiva o temporalmente, en un lugar distinto a su lugar de origen. Otra importante institución internacional, el Fondo de Naciones para la Población, determina seis causas de emigración

1)    La búsqueda de una vida mejor para uno mismo y su familia.
2)    Las políticas laborales y migratorias de los países de origen y de destino.
3)    Las disparidades de ingreso entre distintas regiones y dentro de una misma región.
4)    Los conflictos políticos.
5)    La degradación del medio ambiente (pérdida de tierras de cultivo, bosques y pastizales).
6)    Mejores empleos en el mundo desarrollado Vs el mundo en desarrollo.

Hay quienes piensan que el fenómeno migratorio es casi inherente a la condición humana, pues, al igual que las especies animales, los hombres se movilizan cuando sus entornos son amenazantes, cuando existen carencias o cuando sus necesidades materiales y espirituales varían y requieren nuevos espacios. Por ello se puede afirmar que la gente emigra por razones objetivas y razones subjetivas. Se entiende por objetivas las razones de sobrevivencia personal o familiar: guerras, colonizaciones, hambrunas e invasiones han impulsado emigraciones masivas a lo largo de la historia.

Las razones subjetivas tienen un carácter circunstancial y personal y por lo general están vinculadas a reencuentros familiares, razones sentimentales, o necesidades emocionales, como el deseo de conocer otras culturas.

Por otra parte, hay que señalar que, en su mayoría, las migraciones se producen desde países en desarrollo a países desarrollados, o entre países similares pero con desiguales tasas de desempleo.

Necesidad y deseo
La emigración, sea cual sea su formato, tiene dos grandes soportes: la necesidad y el deseo de expansión. No hay una persona, no importa su nivel cultural, económico, viva donde viva, que en algún momento, en lo más íntimo de sus fueros, no se haya planteado la opción de partir. Así se explica que muchas personas abandonen la comodidad y seguridad que brindan sociedades desarrolladas para viajar a lugares lejanos con situaciones menos estables, porque viajan impulsados por la pasión de vivir experiencias diferentes, experiencias que con frecuencia terminan amarrando a las personas a un nuevo destino.

Marshall Windmiller, profesor de Diplomacia en San Francisco State University, le decía a un grupo de jóvenes diplomáticos que la vocación de ellos estaba en servir a su país. Pero en el fondo sabía que sus alumnos estaban allí por una razón menos altruista: el deseo de vivir en otras tierras y otras culturas. La oportunidad de conocer otras naciones era un gran motivo para entrar al servicio diplomático. ¿Qué joven diplomático de la corona británica no soñó con servir en la India o qué latinoamericano no se apuntaría a la posibilidad de servir en China o en Europa? También es una vocación vinculada la curiosidad lo que muchas veces lleva a las personas a emigrar.


En cuanto a Venezuela, entró en la categoría de países desde los que la gente emigra especialmente a partir del año 2000, cuando comenzaron los grandes cambios políticos. Luis Vicente León, el reconocido articulista del diario El Universal de Caracas, comentando los resultados de un estudio a su cargo, afirma que la incertidumbre respecto al futuro personal y familiar, la inseguridad, la falta de empleo y la descomposición social son los motivos más presentes en la decisión de emigrar de los venezolanos.

Ante la pregunta, ¿por qué emigramos? Las respuestas son múltiples y las razones innumerables. Lo que es cierto es que es un proceso emocionalmente difícil, para los que se van y para los que quedan y que ninguna migración es similar. En verdad, ningún lugar es para siempre y la puerta de la partida necesaria está a la vuelta de la esquina.

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