Me voy quedándome
por Oscar Hernández Bernalette

Estuve de acuerdo con él y, más o menos en los siguientes términos, abordé el tema: mucha gente emigra sin evaluar debidamente las consecuencias de un cambio de esta naturaleza. Ya de por sí el fenómeno migratorio no se inicia con la llegada al destino desde el país de origen. Se inicia cuando en nuestra mente comienza a rondar la idea de irnos, de emigrar. Es entonces cuando se genera un fenómeno de desapego, de desgaste energético y de angustia. A los enormes esfuerzos que hay que hacer, sumamos el impacto emocional que los preparativos pueden tener en cada uno de nosotros. Puede ser difícil. De allí, si bien la decisión es netamente individual, tenemos que prepararnos debidamente para iniciar el camino.
Mientras más hablo con la gente que se plantea esta opción, más me convenzo de la importancia de pedir orientación migratoria. Muchas veces autogeneramos conclusiones para fortalecer nuestra decisión y no siempre son las más apropiadas. Por ello, la asesoría migratoria es tan importante. Intercambiar con personas que manejan herramientas que nos ayuden a tener una visión de conjunto es fundamental.
Muchas personas han tomado su decisión de una manera más efectiva y menos dramática que otras personas confundidas, o simplemente mal entendidas, sobre la realidad que significa el complejo proceso de adaptación. Esto nos lleva a insistir en la importancia de buscar asesoría. Aquí, en Caracas, el Centro de Capacitación Migratoria se ha convertido en una excelente oportunidad para buscar ese apoyo. Tratar de evaluar con especialistas las implicaciones de tamaña decisión en la vida puede marcar la diferencia entre una decisión meramente emotiva y un proyecto de vida planificado.
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