La historia del pez valiente
por Harry Czechowicz
Un pescador
logra agarrar un pez grande y lo coloca sobre el muelle. Le saca el anzuelo y
lo deja cerca de él, boqueando por aire. El pez siente que el sol quema su
piel, que agoniza dolorosamente y comienza a saltar con las pocas fuerzas que
le quedan. En un último esfuerzo se contorsiona y logra dar un salto lo
suficientemente grande como para caer al agua. Así se salva y por primera vez
entiende a cabalidad la importancia del agua, una importancia que había creído
entender pero que en realidad era más un sobreentendido del no tiene conciencia.
Al volver a su vida ya no era el mismo pez ni el agua tenía el mismo significado.
Esta historia recuerda
ese popular refrán que afirma que no se aprecian las cosas hasta que se pierden,
que no se valoraron como corresponde porque siempre estuvieron allí.
La
libertad, los afectos perdidos, la salud descuidada, el país de origen con sus
cosas buenas y malas, el emigrante que ignoraba la importancia de aprender
sobre Inteligencia Migratoria porque pensaba que con los recursos materiales
era suficiente, las oportunidades desechadas porque pensaba que luego habría otras,
los reconocimientos que no se hicieron por falta de tiempo en la vida personas
generosas, y tantos otros ejemplos.
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