La esperanza como emoción del futuro


Esperanza es una palabra que viene del latín “esperare” que significa esperar. Se espera algo bueno para el futuro. Es un sentimiento muy positivo y constructivo, siempre que sea activo, es decir, siempre que mueva a la acción, ya que quien tiene esperanza siente que algo positivo está por venir y desea trabajar para contribuir a su devenir.



Es importante recordar que las emociones se sienten siempre en el presente. Así, aunque la esperanza es una emoción respecto del futuro, la vamos a sentir en el presente. Esa emoción nos va a ayudar a construir ese futuro que esperamos, nos va a permitir solucionar nuestras preocupaciones con la seguridad de que lo haremos. También nos va a facilitar que nos proyectemos en una situación de mejoría o de bienestar futura, sea cercana o lejana.
Probablemente has oído que el presente es lo único que existe, puesto que el pasado ya no está y el futuro aún no ha llegado. Aún así, el presente tendría un sentido distinto si no hubiera un futuro en el que proyectarse, hacia el que caminar, por el que trabajar, donde recoger los frutos de lo sembrado en el presente y el que sembrar más proyectos que se realizarán en un futuro aún más lejano.

La esperanza es una actitud

La esperanza se puede ver como una actitud, un modo de ver la vida. Cuando depositamos nuestras esperanzas en un deseo, necesitamos tener una actitud de trabajo constante para convertir ese objetivo en una realidad. Para que la esperanza se mantenga, es necesario seguir creyendo en el objetivo y confiando en que se realizará, aunque a veces las circunstancias parezcen indicar lo contrario.Como actitud se parece al optimismo, aunque este último está más relacionado con la perspectiva vital general, y la esperanza suele atañer más a objetivos concretos, sueños que deseamos ver realizados y por los que perseveramos “sin perder la esperanza”.

La esperanza es un estado de ánimo

La esperanza puede aparecer y desaparecer, cuando las circunstancias cambian, entonces sería un estado de ánimo, cuyo contrario, la desesperanza, puede invadirnos y dar al traste con todo lo que hayamos estado trabajando hasta ese momento, o bien puede retrasarnos hasta que volvamos a recuperar la esperanza en ese futuro, en que ese objetivo será alcanzable o bien en que la situación cambiará y será favorable de nuevo. Como estado de ánimo se suele relacionar con la depresión, que se caracteriza, entre otras cosas, por falta de esperanza. Ante un cambio vital es importantísimo confiar en que el futuro existe y tener esperanza en que sabremos salir adelante y mejorar nuestra situación. 
Fuente: http://psicologiapositivaenaccion.com/blog/emociones-positivas-del-futuro-esperanza/#more-448

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