Inmigrante Activo Vs Inmigrante Pasivo

“La primera dimensión de la esperanza es el optimismo. No hay esperanza sin optimismo, es decir, si no se entiende que existe un futuro por alcanzar que es mejor que el presente; también al revés: el único optimismo legítimo es el que mora en la esperanza, porque conformarse con las quiebras de la situación sólo es propio de hombres tímidos y desilusionados”.
Leonardo Polo, “La esperanza”, Scripta theologica

Por Harry Czechowicz
Tomado del libro ¿Me quedo o me voy? Inteligencia Migratoria Ediciones B


Cuando usted intenta participar activamente buscando información para transformarla en acción, o tratando de integrarse a su nueva comunidad a pesar de los obstáculos que surjan, usted es un Inmigrante Activo. Pero si espera a irse para luego averiguar lentamente y esperar que otros hagan sus tareas o le consigan trabajos que nunca serán ideales, o sugieran actividades por su bienestar que quizá usted considerará sin mayor interés ni exploración, usted es un Inmigrante Pasivo. Las estadísticas de éxito apoyan a los Activos.

¿En cuál tendencia se ubica usted? Antes de irse, puede tener una idea si revisa su actitud como Emigrante: ¿Dónde estoy? ¿Qué necesito cambiar? Y si no lo hago ahora, ¿cuándo lo haré?

Dependerá de su Inteligencia Migratoria en acción el que sea aceptado en su nuevo destino como un par, mimetizándose al mismo tiempo que conserva sus raíces. Se transformará así en un ciudadano bi-cultural, que puede pensar en varios canales y, por qué no decirlo, con un mapa y concepción global que multiplica sus opciones de adaptación a futuro. Defenderá lo que quiere y evitará lo que repudia, lo cual sea quizás una de las causales de su decisión migratoria.

Hay que destacar que algunos reclamos se transformarán en conductas creativas y novedosas, adaptativas, pero otras veces se quedarán en la queja, cómoda y paralizante.

Independientemente del resultado final, el balance general de pensar o intentar emigrar es positivo, porque lo obliga a considerar y revisarse internamente, por duro que parezca, y ese aprendizaje en sí mismo ya es una ganancia.

También hay que hacer especial referencia a la importancia de la esperanza y de la fe que, si bien carecen de coeficientes para ser medidos con rigor científico, son imprescindibles para entender la esencia y trascendencia de las decisiones migratorias y definen gran parte nuestra humanidad.

Esperanza y fe están vinculadas al deseo de una realidad mejor donde transformar ilusiones en acciones que nos acerquen a los sueños; algo digno de ser incluido en sus oraciones.


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