La carrera por emigrar

Foto: Antonio Rodríguez/El Nacional
Cada trámite en un ministerio es un obstáculo en la carrera para migrar. Autenticar, legalizar, apostillar son términos que se han hecho comunes para uno de cada diez venezolanos que, según un estudio de Datanálisis, están buscando información o haciendo gestiones para irse del país.
Por Emily Avendaño, 25 de agosto 2014




El Ministerio de Relaciones Exteriores es el último salto de la válida. Ahí se llega después de pasar por el Registro Principal, el Ministerio de Interior, Justicia y Paz, de Educación, Educación Universitaria –o ambos–. Sobre las escaleras de sus entradas persisten unos cartones. El material amortigua la espera de quienes llegaron primeros a la fila. Cuando Elba Manzanilla fue a apostillar sus documentos llegó a las 8:00 am y tenía el número 274 en la cola que se gestó a las 2:00 am. La hilera empezaba en el ministerio, situado en la esquina de Carmelitas, seguía por puente Llaguno y bajaba por la avenida Baralt.

Antes legalizó sus notas en el Ministerio de Educación Universitaria. Allí llegó a las 5:30 am y era la número 80 en la línea. “Reparten 100 números en la mañana y 50 en la tarde. Empiezan a las 9:00 am, pero a las 7:00 am salen con una lista. Si te llaman y no estás, te borran”, recordó.

Para retirar los documentos, se repiten las filas. El MRE entrega el material apostillado a partir de la 1:30 pm; pero a las 9:00 am varios ciudadanos se acomodan, también sobre cartones, y comienzan la espera.

La semana pasada hubo un cambio: “Se les informa que a partir del 18/08/14 se inició el proceso de legalización a través de solicitud de citas electrónicas”, se lee en varios pliegos de papel bond pegados en los muros del ministerio.

“Vengo de Valencia y perdí el viaje, porque ahora todo es por Internet”, aseguró Vilma Hernández. “La persona que está en la puerta no sabe dar la información y maltrata al público”, agregó. Para aprovechar el viaje a Caracas, Hernández y María Mercedes Otalvaro, proveniente de San Juan de los Morros y a quien tampoco atendieron, optaron por ir hasta La Castellana para validar otros documentos ante el Servicio Autónomo de Registros y Notarías. Las mujeres no se conocían, pero en la cola se forjan solidaridades y se comparten consejos, experiencias y compañía.

“Aunque hay que llegar de madrugada no hay vigilancia, tampoco baños, ni servicios”, dijo Manzanilla.

Antes de que la apostilla se solicitara por cita, se repartían 350 números diarios en el MRE; es decir que semanalmente la institución atendía hasta a 1.750 personas con la intención de validar sus documentos para que tengan eficacia jurídica en otro país. La mayoría de quienes estaban en la cola tenían planes de irse del país a corto o mediano plazo. O le estaban haciendo el favor de legalizar un documento a alguien que ya está fuera.

Razones para irse

Iván de La Vega, sociólogo e investigador del departamento de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Simón Bolívar, explicó que, desde la década de 1990, en Venezuela se ha dado un proceso de descomposición política, económica y social que originó que algunos venezolanos tomaran la decisión de irse.
“El venezolano no emigraba, a diferencia de ciudadanos de países como Colombia, Ecuador o Perú. La gente que llegó a Venezuela en los setenta, cuando el país tenía una moneda fuerte y paz social está retornando a sus países de origen o buscando oportunidades en otros sitios. En cuanto a los venezolanos, en los últimos 10 años ha emigrado alrededor de 4% de la población”. Esa cifra equivale a 1.200.000 venezolanos que optaron por destinos como Estados Unidos (260.000 personas), España (200.000), Italia (150.000) o Portugal (100.000), de acuerdo con las investigaciones realizadas por De La Vega 

Otra investigación de De La Vega, con Claudia Vargas, reporta que entre las elecciones presidenciales de 2006 y 2012 “casi se duplicó el número de venezolanos inscritos en el Registro Electoral Permanente en otros países, sobrepasando las 100.000 personas”. Las razones que explican este comportamiento son: la inseguridad, la polarización política, los bajos salarios y la poca capacidad de inserción en el mercado laboral.

La primera causa es la que aducen los hijos de Gisella Arias. Son jóvenes de 27 y 28 años de edad, ambos ingenieros con especializaciones: “Tengo el alma encogida por tener que separarme de mis hijos. Vivimos en San Antonio de los Altos y cada vez que salen a trabajar a las 4:30 am yo me quedo con un rosario en la mano. Van a pasar trabajo fuera, pero eso no se compara al temor de que los maten, que no puedan tener vida social o novia porque no salen”.

Los venezolanos son los latinos en Estados Unidos que tienen más alto nivel de cualificación y son quienes tienen la menor tasa de desempleo, refirió De La Vega. “Venezuela se está descapitalizando intelectualmente”. El especialista agregó que hay venezolanos con visa de residente en 65 países del mundo.

Cambio de estructura

Todos estos trámites podrían estar al alcance de un click si se generasen expedientes electrónicos. Gustavo Torres, especialista en la aplicación de tecnologías de la información en la gestión pública, asegura que el uso de la tecnología podría ayudar a simplificar estos procesos.

Para Torres, una vez que se hayan simplificado y normalizado los datos, los pasos a seguir y los requisitos se podrían explicar en portales de trámite. Un paso posterior sería el de automatizarlo, que permitiría cargar archivos en el portal. “Un expediente electrónico tiene cuatro características: puede digitalizar datos, como documentos o la cédula, está foliado, permite la firma electrónica y genera metadata”. Aplicar está metodología permitiría que las instituciones compartieran la información.

“El tema no es la tecnología, el problema es la estructura organizativa de nuestras instituciones. Se ha demostrado que en los procesos de implantación de tecnologías de información y comunicación 80% es gestión del cambio y 20% es tecnología”.




Fuente: http://www.el-nacional.com/sociedad/carrera-obstaculos-emigrar_0_468553292.html

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