Los problemas de ser un hijo indocumentado en EE UU

El Congreso debe tomar en cuenta en su debate migratorio que, aunque millones de extranjeros llevan años viviendo en la sombra, la peor parte de la clandestinidad la llevan sus hijos, que sufren a fuego lento el quebranto de sus familias, afirmaron expertos consultados.
Washington (EFE), mayo de 2013


Tanto los niños nacidos en EEUU de padres indocumentados como los que llegaron “sin papeles” sufren ansiedad porque en cualquier momento ellos o sus padres pueden ser deportados, según los expertos.
“Más de cinco millones de niños nacidos en EEUU tienen al menos un padre indocumentado, y viven con el miedo constante de que sus familias serán separadas... en muchos casos, los niños tienen que hacer planes por si sus padres son deportados”, dijo Pramila Jayapal, copresidenta de la campaña “We Belong Together”, que aboga por una reforma migratoria que ayude a las madres y familias.
Cuando los jóvenes descubren que están indocumentados, ya sea al realizar un trámite escolar o porque no pueden ir la universidad, conseguir una cédula de identidad o licencia de conducir, “muchos nos hablan de la increíble vergüenza que sienten, o la frustración de no poder ayudar a un padre indocumentado”, explicó.
El miedo y estrés de que se descubra su secreto “es un fenómeno de salud mental relativamente nuevo que apenas se empieza a estudiar entre los niños indocumentados, pero está claro que ese miedo los limita en todo sentido”, señaló.
“Si ya es difícil para un adolescente compartir sus vivencias, lo es más para un indocumentado que quiere evitar ser deportado”, enfatizó Jayapal, al recordar que 46.686 indocumentados con al menos un hijo nacido en EEUU fueron deportados en la primera mitad de 2011.
La socióloga Joanna Dreby, de la Universidad estatal de Nueva York en Albany, explicó que muchos niños y jóvenes, indocumentados o con padres indocumentados, tienen un “enorme miedo” a la policía y “a la separación de sus familias”. “Los niños suelen adaptarse a muchas circunstancias. Sin embargo, las investigaciones demuestran que uno de los factores clave para que los niños asimilen cambios es la estabilidad en sus hogares, y las deportaciones introducen un alto nivel de seguridad e inestabilidad, que les crea mucha ansiedad”, dijo Dreby, autora de un estudio entre familias migrantes mexicanas en zonas rurales de Ohio y Nueva Jersey.
Sólo 27 de los 110 niños que entrevistó dijeron estar orgullosos de su herencia cultural, pero los niños de Nueva Jersey sintieron más urgencia de ocultar su origen étnico.
“Los niños y sus padres describieron los miedos y ansiedades por una inminente deportación, que les afectan especialmente en la escuela. He visto que en algunas comunidades, los padres que no afrontan la deportación buscan ayuda de la comunidad médica y otros servicios sociales, pero los que sí afrontan la deportación no parecen buscar esa ayuda para sus hijos”, señaló Dreby.
Para Angélica Velazquillo, una activista del proyecto “Undocuhealth”, de la Alianza Nacional de Jóvenes en Chicago, el debate migratorio en el Congreso, centrado en asuntos económicos y del mercado laboral, debe tomar en cuenta la “dimensión humana” de esta crisis. “Nuestro proyecto surgió a raíz del caso de Yanelli Hernández, una joven mexicana indocumentada que intentó suicidarse en prisión. Fue deportada y cuando estuvo detenida, en vez de darle consejería psicológica, las autoridades la pusieron en confinamiento en solitario”, dijo Velazquillo, estudiante de posgrado en la Universidad de Chicago que llegó indocumentada a EEUU cuando tenía 4 años.
A través del proyecto, psicólogos y trabajadores sociales intentan ayudar a jóvenes que presentan síntomas de ansiedad, depresión o aislamiento, aunque también sirve de terapia para “canalizar, mediante blogs, el arte o la poesía, las inquietudes, sentimientos y frustraciones que sienten estos jóvenes por llevar una vida llena de privaciones”, dijo Velazquillo, de 26 años.
La reforma migratoria que se debate en el Senado contiene una exención que permitiría a los que ya han sido deportados regresar a EEUU, si no tienen antecedentes criminales y cumplen con otros requisitos.
Sin embargo, entre las 301 enmiendas que estudia el Comité Judicial del Senado figuran varias de los republicanos que buscan frenar ese beneficio.

Fuente: http://diariolasamericas.com/noticia/156216/los-problemas-de-ser-un-hijo-indocumentado

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