El hombre autorrealizado


El hombre autorrealizado. Hacia una psicología del Ser por Abraham  H. Maslow
Extracto tomado del prólogo a la segunda edición


Hay en el mundo hombres buenos, fuertes, triunfadores: santos, sabios, líderes esforzados, dirigentes, políticos de segunda fila, hombres de estado, hombres fuertes, vencedores más que perdedores, constructivos más que destructivos, padres más que hijos. Tales personas están a la vista de quien quiera estudiarlas como yo lo he hecho. Pero también es verdad que su número es muy reducido, aunque podrían ser muchos más, y que a menudo son tratados mal por quienes les rodean. De modo que nos veremos obligados a estudiar también este último aspecto, este temor a la bondad y grandeza humanas, esta incomprensión en torno a cómo ser bueno y fuerte, esta incapacidad de encauzar la propia cólera hacia actividades productivas, este miedo a la madurez y la divinización que con ella llega, esta aprensión a sentirse virtuoso, respetuoso de sí mismo, digno de amor y consideración. 
Especialmente deberemos aprender cómo sobreponernos a esta tendencia disparatada a permitir que la compasión por el débil engendre el odio hacia el fuerte. Es ésta la clase de investigación que recomiendo con la mayor urgencia a los psicólogos jóvenes y ambiciosos, a los sociólogos, y a cuantos se dedican al estudio de las ciencias sociales en general. 
A aquellas otras personas que quieran contribuir en la construcción de un mundo mejor, les recomiendo encarecidamente que consideren la ciencia —la ciencia humanista— como un medio de conseguirlo, un medio excelente y necesario, quizás el mejor de los medios. 
Lo que sucede es que estamos en posesión de un caudal suficiente de conocimientos lo bastante fidedignos como para lanzarnos a la construcción de Un Mundo Bueno. No poseemos los conocimientos necesarios para enseñar a los individuos a amarse los unos a los otros, no por lo menos con un cierto grado de seguridad. Estoy convencido de que la mejor solución estriba en el avance del conocimiento. Mi Psychology of Science y el Personal Knowledge de Polanyi son claras demostraciones de que la vida de la ciencia puede ser también  una vía de pasión, belleza, esperanza para la humanidad y descubrimiento de valores.

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