Celebración, festejos, silencios...

Conmemoración, celebración, festejos, silencios estas cuatro palabras ganan peso cuando se emigra pues cambia la naturaleza de cada término. Se festejan pequeños desafíos, pequeñas y grandes experiencias de adaptación. También vienen los silencios de lo no conversado ni elaborado. Hay celebraciones que se transforman en conmemoraciones, y festejos en inicios nunca sospechados. Nuevas dinámicas se tejen alrededor de palabras que nunca tuvieron peso hasta que lo necesitaron.
Harry Czechowicz



A continuación compartimos este interesante texto de Carmen Muñoz sobre el significado de el silencio:

Son muchas las teorías que desde los antiguos filósofos hasta los más cercanos en el tiempo, han debatido sobre las bondades o intolerancias del silencio. Desde los que desdeñan el silencio o el callar, como Aristocles, presuponiendo que es por falta de verbo o criterios de pensamiento, o los que, como Hegel o Hussel, dan igual importancia al lenguaje que a los silencios considerándolos como complementarios, hasta los que, como Nietzche, piensan que el camino de todas las cosas grandes pasa por el silencio.

El silencio se puede interpretar como la esencia íntima del ser, la interpretación que cada uno pueda dar, o darse, de una situación, de un sentimiento, de una percepción visual u oída, de algo en suma, externo a nosotros y que puede tener una repercusión íntima. María Zambrano dice que "es en el silencio diáfano donde se da la pura presencia".

No por tener un verbo fácil o verborrea se dicen cosas más interesantes, véase por ejemplo la clase política, que pueden pasarse hablando una hora y no decir nada sustancial, y el uso y abuso que hacen del manejo temporal de los silencios ya que al dejarlo al libre albedrío, siempre tienen la oportunidad de rectificar a su mejor acomodo. El saber manejar los silencios es tan importante como el saber hablar, al fin y al cabo el lenguaje es la manifestación, como expresión verbal, del conocimiento y ayudado por los signos ortográficos, damos el sentido exacto que queremos transmitir, pues una frase puede variar consustancialmente su significado poniendo una coma en un sitio o en otro dentro de la misma. En consecuencia, en el lenguaje escrito, las pausas que nos proporcionan los signos ortográficos son los silencios obligatorios para hacernos comprender.

Max Scheler, representante de la fenomenología comprensiva, cataloga al individuo por su capacidad de silencio: "La comprensión de uno mismo es la primera condición requerida para que una persona pueda hacer entender a otra lo que es, lo que piensa, lo que ama, lo que desea, etc... Y depende muy estrechamente de la técnica del silencio".

Cuando podemos contemplar la naturaleza en cualquiera de sus formas, una aurora, un ocaso, una pradera en primavera o un mar embravecido en otoño, cuando miramos a los ojos o tenemos entrelazadas la mano de la persona amada... Son tales cúmulos de sensaciones, emociones, de percepciones intrínsecas que uno siente, que son perfectamente transmisibles a través del silencio. A veces, las palabras más bellas se dicen con los labios cerrados. Aprendamos pues a utilizar el lenguaje y el silencio como la forma más hermosa de comunicación. El poeta como el león camina solo en el devenir de su vida y en su soledad y en su silencio es capaz de crear las cosas más bellas.

Fuente: http://www.diariocordoba.com/noticias/opinion/silencios_960571.html

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