Prepararse para emigrar con las herramientas de la Inteligencia Migratoria

Producto de la experiencia y la investigación relacionadas con el término Inteligencia Migratoria, a continuación encontrará algunas recomendaciones prácticas.
Tomado del libro: Inteligencia Migratoria. ¿Me quedo o me voy? Ediciones B, Venezuela, 2013  
Interesados en consultar con nuestros especialistas, pueden escribir a este correo: ccmigratoria@gmail.com



6 Revisar los hábitos. Rutinas que en apariencia resultan inocentes, pueden llegar a sabotear sus esfuerzos de adaptación en un nuevo entorno, de ahí la importancia de revisar los hábitos, entre ellos, hábitos de consumo en recreación, comida, uso de tarjetas de crédito, o gastos compulsivos para hacer “terapia” de compras cuando está triste están entre las principales causas de conflicto y mala administración de tiempo y recursos. Sugerimos tomar lápiz y papel y hacer una lista de hábitos, se trata de un ejercicio ideal para compartir con gente cercana que le desea bien.

7 Prepararse para los cambios. Si está identificado intensamente con su actividad profesional u ocupación, con poco espacio para la recreación o socialización, debe prepararse para enfrentar cambios profundos ya que, a menos que lo transfiera una empresa con un trabajo similar al que ya tiene, tendrá que esperar un tiempo significativo antes de conseguir trabajo. Hasta es posible que necesite capacitarse para cambiar de rumbo profesional. Pero, sobre todo, deberá aprender a llenar creativa y constructivamente el exceso de tiempo libre que tendrá luego de haberse ubicado en otro país. Recuerde que para lograr el éxito laboral, necesitará estar en un estado de bien-estar, para lo cual es imprescindible entender y desarrollar un buen nivel de Inteligencia Migratoria.

8 La “vida hecha”. Es importante tener en cuenta que existe una relación inversa entre la edad de la persona al emigrar y su ajuste migratorio. Si ya tenía lo que se conoce como “la vida hecha” e, independientemente de la cantidad de bienes que posee, pretendía seguir trabajando porque era su gran disfrute, recuerde que no todas las profesiones son "portátiles". Así, el lograr estar ocupado en algo que le guste se convierte en un desafío. Si en su país es conocido por su calidad y trayectoria, disfruta de ese merecido reconocimiento y maneja el idioma con todas sus sutilezas, en su nuevo destino deberá aceptar que ya no cuenta con ese reconocimiento por un tiempo indefinido. Este es uno de los factores implícitos de riesgo migratorio. Desde luego, la gente joven que todavía estudia se adapta más fácilmente. Aprenden el idioma con mayor facilidad, están ocupados, adquieren autonomía con mayor seguridad y, por ende, disminuye en ellos el temor de circular libremente, a pesar del temor que sus padres puedan tener.

9 La situación legal. Las reglas cambian si usted aspira a ser un residente permanente, estatus que en la mayoría de los países se renueva cada cinco años, o si piensa adoptar la ciudadanía de ese país, lo cual exige que la permanencia tenga un grado de continuidad hasta llenar los requisitos específicos de cada país. En cualquier caso, residente o ciudadano, es imprescindible, entre otras cosas, adoptar la cultura tributaria local y atenerse a las normativas y regulaciones, asunto difícil si no era parte de su cotidianidad en su país de origen.

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