No salgas de tu zona de confort, ¡hazla más amplia!

 Por: Sonia Peña-Czechowicz (@sonitzka)




Después de ver este video pareciera que no hay mucho más que agregar. Pero, al igual que muchas ideas absolutamente innovadoras, rompe un paradigma. En este caso, que nuestra zona de confort incluye lo que conoces y te gusta y lo que no conoces o no te gusta.

Hasta ahora, la zona de confort es ese lugar en el que estamos a gusto con todo, y sentimos que no tenemos la necesidad de cambiar nada de nuestras vidas. Nos proporciona una sensación de refugio y nos hace sentir seguros. Abarca lo que conocemos, escenarios en los que nos sentimos que pertenecemos.

Sin importar de qué tamaño es, siempre tendremos una zona de confort. No es posible dejar de tenerla. Es decir que en vez de salirnos de nuestra zona de confort, lo que hacemos es expandirla. Entonces lo mejor es hacerla crecer lo más que podamos. De poquito en poquito para no indigestarnos. Al principio nos saldremos por instantes. Hasta que, a través de la práctica, lo podamos convertir en un hábito. Salir de nuestra zona de confort aunque sea un poquito hará que ésta vaya expandiendo sus límites. Como probar el agua cuando vamos a darnos un chapuzón.

Una idea para expandir nuestra zona de confort es hacer actividades que aunque nos incomoden, nos mejoren la vida. Un ejemplo propio: No soy de las que comienza conversaciones con extraños. Pero el hacerlo, obligada, ha expandido mi círculo de conocidos, me ha brindado nueva información y me ha regalado unas cuantas sonrisas. Una experiencia muy positiva. Aquí también hay que acotar que incómodo per se no es sinónimo de expansión. Hacer acciones incómodas sin propósito, aunque nos saca de nuestra zona de confort, no nos lleva realmente a ninguna parte.

“Necesitamos un lugar de incomodidad productiva”, dijo Daniel H. Pink, autor de “La sorprendente verdad sobre qué nos motiva” “Si usted está demasiado cómodo, no es productivo. Y si usted está demasiado incómodo, no es productivo. Al igual que Ricitos de Oro, no podemos estar demasiado caliente o demasiado frío”.

El objetivo, según Pink, es llegar a ese nivel óptimo y trabajar para sentirnos cómodos con ese nuevo nivel de ansiedad. Entonces estaremos en una zona de confort ampliada. Lo ideal es llegar más familiarizados a esos sentimientos de “incomodidad productiva” así no tendremos tanto miedo de probar cosas nuevas en el futuro.

Brene Brown, PhD, profesora de investigación en el área de Trabajo Social de la Universidad de Houston y autora de “El regalo de la imperfección” (pueden ver sus maravillosos videos en www.TED.com ) tiene otra definición de la zona de confort: “Es cuando minimizamos nuestra sensación de incertidumbre, escasez y vulnerabilidad, creemos que vamos a tener acceso a todo el amor, alimento, tiempo, y donde sentimos que tenemos algo de control”. El problema es que “cuando estamos en tiempos de inestabilidad social, política o financiera, nuestras zonas de confort se hacen mucho más pequeñas.” Y mientras más miedo tenemos, aquello que se encuentra en nuestra zona de confort y que sirve de amortiguador para tiempos difíciles se vuelve más inaccesible e impenetrable”.”Cada vez que nos abrimos a la vulnerabilidad resulta en un espejo muy incómodo”. “Creo que el mayor error que se puede cometer es no reconocer el miedo y la incertidumbre.”

La elección de expandir nuestra zona de confort no es un atajo fácil. De hecho B. Brown dice que mientras el término “zona de confort” suena agradable, los seres humanos somos complicados y a veces nos podemos sentir más cómodos cuando estamos preocupados o deprimidos. Es decir, que a veces nuestra zona de confort, aunque no lo queramos reconocer, no es un lugar plácido sino tormentoso pero allí nos sentimos bien. Todos conocemos a personas que parecen sentirse más felices quejándose o preocupándose excesivamente. Porque ésa esa es su zona de confort.

Seguramente piensas que si estás tan a gusto en tu zona de confort, no tiene mucho sentido salir de ella. Tenemos la tendencia a no querer aventurarnos más allá de nuestra zona de confort. Entonces no salgas… amplíala. Hacerlo, aunque nos dé miedo y hasta pánico nos abrirá fronteras y nos permitirá vivir nuevas experiencias. Todo se expandirá en todas las direcciones: nuestras expectativas, nuestras destrezas, hasta nuestro círculo de gente interesante. Expandir nuestra zona de confort nos ayudará a tener una vida más plena de emociones y enriquecerá nuestras perspectivas.

Al contrario de lo que normalmente pensamos, un poco de miedo, ansiedad y hasta pánico nos servirá como una palanca. Como dice el video: Es tu zona mágica… No pierdes lo que tenías sino que añades. ¿Y si te sale bien? ¿Te atreves a soñar?

Comentarios

Entradas populares de este blog

Emigrantes venezolanos en Suiza

Identidad y autoestima: actuando para una audiencia

El arte del auto-sabotaje. Parte 1