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Mostrando entradas de octubre, 2018

Migración de ida y vuelta: hablan María Ester Fortunato y Mireya Pont

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Con estos dos testimonios que dan cuenta de la complejidad de la experiencia migratoria,  continuamos  las entrevistas a personas que llegaron a Venezuela desde otro país, hicieron su vida, y regresaron recientemente a su país de origen. Hoy compartimos las reflexiones de dos mujeres tan argentinas como venezolanas.   Por Blanca Strepponi  Volver ¿a casa? María Ester Fortunato En el restaurante El Padrino, 1977 Cuando llegué a Caracas en 1974 comencé a tener miedo de morir lejos del frío. Después, el tiempo y las vivencias me otorgaron enfoques más vastos y universales. Creo que nací con impronta de inmigrante. Lo fueron mis ancestros, lo corrobora astrológicamente mi Júpiter en casa IX, y tal como está el mundo, lo siguen siendo, aún hoy, mis propios hijos. Durante cuarenta años Venezuela nos brindó una vida maravillosa, y desde que me mudé a Buenos Aires -en donde nací- tengo colocada una maleta en un rincón de mi cuarto, a modo de adorno, como si fuese una escultu

Luis Yslas: “Para cuando entendí lo que significaba ser extranjero, ya me sentía venezolano”. Migración de Ida y vuelta.

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Continuando la serie de entrevistas a personas que llegaron a Venezuela desde otro país, hicieron su vida, y regresaron recientemente a su país de origen, compartimos hoy las hermosas y emotivas palabras de Luis Yslas. Escritor, editor y docente, nació en 1972 en El Callao, Perú, vivió en Venezuela durante 38 años, desde 1979 a 2017, año en el que regresó a Perú.  Preguntado si considera que tiene dos nacionalidades, Luis Yslas responde: Me gusta decir, como el Inca Garcilaso de la Vega, que de «ambas naciones tengo prendas».  Por Blanca Strepponi “La vida traza espirales inesperadas”. Luis Yslas con su madre, Elsa Prado, en Lima. Llegué a Venezuela con mis padres y mi hermana en 1979. Yo tenía siete años, es decir, más futuro que memoria. Recuerdo que aterrizar en Caracas fue como llegar a un campamento vacacional. Tenía noción, claro, de estar en otro país, pero la palabra extranjero no resonaba en mí de ningún modo. Me sentía más bien un aventurero. Para cuando entend