“Dennos un asiento en la mesa y cambiaremos el mundo”
Los refugiados y otras personas que han sufrido traumas, dolor y adversidad aportan perspectivas y soluciones únicas a la lucha contra el coronavirus y otros desafíos que enfrenta el mundo, incluida la pobreza, la desigualdad y los efectos negativos del cambio climático, dijeron los participantes del Diálogo sobre los Desafíos de la Protección al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi.
Por: Sarah Schafer. Fuente: Acnur https://bit.ly/35xtm1T
Carmen Parra, una médica que se vio obligada a huir de Venezuela para buscar seguridad en Perú. Trabajaba como mesera, vendedora y recepcionista. Finalmente, capaz de practicar la medicina nuevamente, se desempeña en la primera línea de la respuesta al coronavirus. ©ACNUR
Los refugiados y otras personas que han sufrido traumas, dolor y adversidad aportan perspectivas y soluciones únicas a la lucha contra el coronavirus y otros desafíos que enfrenta el mundo, incluida la pobreza, la desigualdad y los efectos negativos del cambio climático, dijeron los participantes del Diálogo sobre los Desafíos de la Protección al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi.
“Dennos un espacio en la mesa y cambiaremos el mundo”, dijo Hindou Oumarou Ibrahim, activista de Chad que aboga por la justicia ambiental y los derechos de los pueblos indígenas.
Establecido en 2007, el Diálogo del Alto Comisionado facilita el intercambio de puntos de vista entre refugiados, gobiernos, la sociedad civil, el sector privado, académicos y organizaciones internacionales sobre los desafíos emergentes en la protección humanitaria. Este año se llevará a cabo virtualmente con un enfoque en cómo la pandemia de la COVID-19 afecta a las personas desplazadas y apátridas.
Grandi dijo que la pandemia le ha dado al mundo una “lección acelerada” sobre los beneficios de la inclusión. La mayoría de los países, dijo, se dieron cuenta de inmediato de la importancia de incluir a los refugiados y otras poblaciones vulnerables en su respuesta inicial a la pandemia para que pudieran contener la propagación del virus, que ha matado a más de 1,1 millones de personas en todo el mundo.
El virus ha tenido efectos socioeconómicos devastadores, creando una “pandemia de pobreza” que podría durar generaciones a menos que los gobiernos sigan invitando a las poblaciones más vulnerables a contribuir y beneficiarse de los planes de reconstrucción. El virus llegó en un momento en que el mundo ya enfrenta una serie de crisis, como la desigualdad, la pobreza, una emergencia climática y una creciente xenofobia, dijo el Alto Comisionado.
“Vivimos en un contexto muy, muy impredecible”, dijo Grandi. “Necesitamos estar preparados para futuras emergencias”.
Hindou, la activista del Chad, fue una de los seis panelistas que se unieron al Alto Comisionado en el debate. Los otros eran Fezzeh Hosseini, una refugiada y médica afgana que vive en Irán, el activista comunitario Nhial Deng, que vive en el campamento de refugiados de Kakuma en Kenia, Barthelemy Mwanza Ngane, refugiado congoleño y miembro del Consejo Asesor Mundial de la Juventud del ACNUR, Shadi Shhadeh, activista y refugiado sirio que vive en Suiza, y Carmen Alejandra Parra, quien huyó de Venezuela y ahora vive y practica medicina en Perú.
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