La ciencia de la felicidad
PSICOLOGIA POSITIVA:
LA CIENCIA DE LA FELICIDAD Y LAS FORTALEZAS HUMANAS
Por: Gonzalo Hervás Torres. Universidad Complutense de Madrid.
Tras mucho tiempo dedicado a estudiar los aspectos patológicos del
ser humano, la ciencia psicológica ha comenzado a centrarse también en lo
positivo. Un viaje apasionante que nos llevará a un conocimiento más profundo
del ser humano y al redescubrimiento de sus fortalezas.
El estudio del bienestar y la felicidad fue, hasta finales del siglo XX, un
lujo prohibitivo dentro del mundo científico. No sin cierta lógica, durante
mucho tiempo se pensó que la ciencia psicológica debía centrarse en solucionar
males como la depresión, las fobias, o los problemas sexuales. Como un efecto
secundario de esta hiper-focalización en el ser humano con problemas, se fue
generando una concepción esencialmente patológica del mismo: salvo contadas
excepciones todas las personas parecían estar llenas de conflictos
inconscientes, de déficit de habilidades, de tendencias perversas más o menos
reprimidas... etc.
Sin embargo, durante mucho tiempo nadie se percató de que estas partes
oscuras –la sombra lo llamaban algunos- eran en la mayoría de las ocasiones una
parte pequeña en comparación con los aspectos positivos que también estaban
presentes aunque en un segundo plano. Los psicólogos y psiquiatras habían sido
entrenados sólo para ver lo negativo y lo disfuncional, y en consecuencia,
muchos eran absolutamente incapaces de ver ningún aspecto positivo en las
personas a las que trataban. Ahora, por suerte, las cosas han empezado a
cambiar. Ahora empezamos a ser conscientes de que la mayoría de hombres y
mujeres, aún con aspectos siempre mejorables, de lo que estamos realmente llenos
es de potencialidades positivas. En resumen, el primero que debía haberse
tratado de pesimismo patológico... ¡era el profesional y no el paciente!
El psicoanálisis, aunque en su momento aportó una visión muy novedosa de
algunos procesos mentales, ha sido probablemente también muy responsable de este
negativismo en la concepción del ser humano. El lenguaje escalofriante con el
que a menudo se describían los problemas de la gran mayoría de los pacientes es
una prueba de ello: pulsiones orales y anales, deseo de matar al padre, miedo a
la castración, deseos narcisistas,... Como se puede ver, no son más que
exhibiciones gratuitas de lenguaje siniestro que por desgracia empañaron las, en
ocasiones, geniales intuiciones de Sigmund Freud. Desde entonces la tarea ha
sido, entre otras muchas, desandar el camino andado y construir un lenguaje que
sea más ecuánime y más justo con el ser humano. Recogiendo la inestimable
influencia de los psicólogos humanistas de mitad del siglo XX –Carl Rogers y
Abraham Maslow fundamentalmente–, cada vez es más habitual que los psicólogos
hablemos de fortalezas, de bienestar, de desarrollo, de satisfacción, de
resiliencia o de salud. Curiosamente, este movimiento de distanciamiento de lo
negativo también se ha venido produciendo en el ámbito de la medicina la cual
está ahora mucho más volcada en conceptos como la calidad de vida, el fomento de
la salud y la prevención,...etc.
Dentro del ámbito de la psicología en los últimos años se ha constituido una
corriente especializada en este tipo de aproximación al ser humano llamada
Psicología Positiva, encabezada en Estados Unidos por Martin Seligman de la
Universidad de Pennsylvania. En parte como consecuencia de este movimiento, en
las universidades se está haciendo la aplicación de la ciencia para explorar
cuáles son los rasgos que hacen que unas personas estén más satisfechas con su
vida que otras, o los factores que permiten que una persona pueda superar de una
forma sana una pérdida o una situación traumática. Una de las iniciativas de
este profesor en colaboración con la Universidad Complutense de Madrid es la
página www.psicologiapositiva.org en donde se ofrece información
sobre este movimiento, y una amplia variedad de test para realizar de forma
gratuita que además ofrece los resultados comentados de forma instantánea.
En cuanto a la investigación desarrollada, una de las aplicaciones más
interesantes de la psicología positiva es que empezamos a conocer algunos
factores que nos indican de forma tentativa algunas vías hacia la felicidad. Por
ejemplo, sabemos que los aspectos interpersonales juegan un papel fundamental;
de hecho, en la mayoría de estudios aparece como el predictor más importante del
bienestar. Parece, por tanto, que invertir tiempo y esfuerzo en construir una
red de relaciones sanas y con un alto grado de intimidad y confianza es una de
las vías más seguras hacia el bienestar.
Por otra parte, la actitud en nuestra vida cotidiana puede ser otro factor
muy destacable. Por ejemplo, el optimismo se ha revelado como un factor
importante tanto para el bienestar mental como incluso para la salud física. Una
actitud abierta a las pequeñas gratificaciones cotidianas también parece tener
influencia en la sensación de bienestar global a largo plazo. Por otra parte,
trabajar para aumentar nuestras experiencias de concentración y absorción en la
tarea que tenemos delante (“flow”), como la búsqueda de un mayor sentido vital
en nuestras vidas son también fuentes importantes de satisfacción.
En resumen, la ciencia psicológica cada vez se está centrando más en
investigar las fuentes del bienestar y la satisfacción, y en devolvernos una
imagen más equilibrada del ser humano a nivel psicológico reflejando no sólo las
debilidades sino también las fortalezas. Esperemos que los frutos de estos
esfuerzos de investigación sean aprovechados para que de alguna forma puedan
favorecer la construcción de una sociedad mejor, más positiva y más sana.
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