Migración e integración

En las relaciones de parejas binacionales, por lo general, se produce la migración de uno de los miembros o ya antes de conocerse o después. La migración es un gran esfuerzo personal y un reto, que requiere un talante abierto y flexibilidad.
Por, Centro de Asesoramiento para Mujeres y Parejas Binacionales, Berna




Los y las migrantes, con frecuencia, viven con estrés la orientación en el nuevo país, lo que a veces los hace más propensos a enfermedades psíquicas y físicas. Se deja atrás la patria, a los amigos y a las amigas y también a la familia. Esto puede producir pérdida de raíces, soledad, un sentimiento de aislamiento social y nostalgia. 

Dependiendo del país y de que se trate habrá que aprender un idioma nuevo y, en cualquier caso, las nuevas reglas sociales y culturales de la convivencia. La situación laboral también representa un reto para el miembro extranjero de la pareja. 

Con frecuencia es difícil encontrar trabajo, no se les reconoce títulos de cualificación profesional, por lo que el miembro extranjero de la pareja tiene que realizar trabajos auxiliares o permanecer desempleado. Dependiendo de su origen tiene que contar con prejuicios o incluso racismo.
 


Las consecuencias de la migración posiblemente impactan también en la relación de pareja. También dentro de la relación se puede producir un desequilibrio. El miembro de la pareja que es del país sabe más de las circunstancias del país, conoce mejor la lengua y, por ejemplo, asume más tareas de cara afuera. Él o ella traducen para el compañero o la compañera en los organismos públicos. 

Quizá tenga también un círculo de amigos más amplio y a su familia cerca. Pero para el éxito de una relación de pareja es muy importante un equilibrio en la misma. Ámbitos como el dar y recibir, la autonomía y el compromiso con la relación, el abrirse paso y el adaptarse, son especialmente delicados y pueden llevar a desequilibrios de poder y a dificultades en la relación.


Cuanto mejor funcione la integración del miembro extranjero de la pareja y, con ello, cuanta más independencia obtenga, tanto más equilibrio habrá también en la relación. 
La integración anula el estado de separación. La integración es un proceso dinámico, de larga duración y lleno de detalles que lleva a la unión y el crecimiento común. 

En ese sentido la integración se entiende como interacción.
 Lo que quiere decir que también el miembro de la pareja que es del país asume una responsabilidad integradora, interesándose p. ej. por el país de origen del compañero o la compañera o por su patrimonio cultural y espiritual. 

Quizás pueda participar usted activamente en las celebraciones o actos culturales y aprender la lengua de su pareja.

Fuente: http://www.binational.ch/es/?Migracion_y_Integraci%C3%B3n

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