El arte del auto-sabotaje. Parte 1

Compuesto por una suma de creencias, actitudes y conductas, el auto-sabotaje constituye la tendencia a “hacernos” trampa en la mayoría de las áreas que componen la vida cotidiana, afectando enormemente nuestra autoestima

Tomado del libro Inteligencia Migratoria en acción de Harry Czechowicz y Sonia Peña- Czechowicz
Ediciones Tecniciencia


La Sombra corresponde a la parte oscura del alma. Imagen de Pexels en Pixabay 

Antes de hablar del auto-sabotaje es importante recordar el concepto de Sombra definido por Carl Gustav Jung, padre de la terapia jungiana. La Sombra, el aspecto inconsciente de la personalidad, caracterizado por rasgos y actitudes que el yo consciente no reconoce como propios, es la parte inferior de nuestra personalidad. La Sombra incluye todos los aspectos negativos que rechazamos en nosotros mismos pero observamos en los demás a través de lo que proyectamos por medio de las críticas. Inclusive, en la conciencia, se pueden añorar ciertos aspectos de aquello que no aceptábamos, o que no sabemos explicar dentro de nosotros mismos. 

Este concepto psicológico está en la raíz misma del auto-sabotaje: compuesto por una suma de creencias, actitudes y conductas, constituye la tendencia a “hacernos” trampa en la mayoría de las áreas que componen la vida cotidiana, afectando enormemente nuestra autoestima. 

Puede decirse en términos generales que la Sombra corresponde a la parte oscura del alma de todo ser humano. La doctora Rebeca Retamales Rojas, de la Universidad de Alcalá, afirma que la Sombra contiene todo lo negativo de la personalidad que se eligió. No sólo los individuos, también los grupos, las familias, las organizaciones y los diferentes componentes de la estructura social tienen su propia sombra. 

Las Sombras

C.G. Jung describió dos tipos de inconsciente: el personal y el colectivo, y en ambos está presente el elemento de la sombra. En resumen, se pueden ver reflejados sus propios defectos o limitaciones en las actitudes negativas que se adoptan hacia los que lo rodean. Cuando los prejuicios y la crítica exacerbada le impiden relacionarse con los vecinos, con personas étnicamente distintas o con extranjeros, por nombrar algunos, está funcionando la sombra individual como una parte no integrada de la mente. La mezcla de la propia sombra con las sombras de la colectividad de otras estructuras sociales, crea una carga de negatividad que absorbe mucha energía psicológica y tiene efectos lamentables para las relaciones humanas. 

Para explicarlo mejor: muchos actos de crueldad o maltrato doméstico pueden ocurrir sin que esto le produzca el menor conflicto moral al individuo, porque se encuentra dominado por la sombra de la colectividad o grupo al cual pertenece. Es el caso de las culturas que ven con “naturalidad” el apedreamiento de las mujeres que consideran infieles, esa naturalidad existe pues la conciencia individual ha sido anulada y por tal motivo no es capaz de juzgar estos actos de evidente violencia. Incluso, cuando recuperan la conciencia individual perdida, puede que lleguen a dirigir esa destructividad hacia sí mismos. Actitudes como la indolencia, la autocensura, la falta de empatía y el egoísmo exacerbado pueden ser demostraciones de cómo funciona la sombra colectiva heredada por el individuo como una conducta normal.

Muchas veces, quienes critican ofendiendo con sus comentarios y bromas pesadas sobre aspectos de nuestra personalidad o conductas inapropiadas, están mostrando, sin quererlo y de forma poco constructiva, partes de su sombra. En algún momento, usted puede tender a hacer lo mismo con aquellas personas que le disgustan porque mayormente reflejan algún aspecto inconsciente suyo no resuelto. 

Cuando hablamos de sabotaje, ya sea en contra propia o ajena, hay dos emociones importantes: la rabia y el temor. La sola idea de que un esfuerzo salga mal, tiene la propiedad de paralizar a la persona con excusas de todo tipo, desde las más simples hasta las más elaboradas. 

A nadie le parece atractivo que lo señalen por tener conductas que van en contra de sus propios objetivos. Simplemente es ilógico imaginarlo. Aún así, muchas conductas que lo alejan de sus metas tienen que ver con conceptos psicológicos como la sombra y el inconsciente, que están en lo más profundo de su ser y de los que solo puede advertir las consecuencias en los pequeños detalles que lo irritan. 

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