Familias divididas

Se multiplican los casos de familias divididas por la cantidad de gente que decide irse de Venezuela
Por Julieta Nassau. La Nación



Es domingo y Evelyn Matos madrugó para ir a la iglesia en esta ciudad. Allí va a rezar "por todos", pero también a tejer, con un grupo de voluntarios de su misma edad, canastitas para bebés. "Hacemos los tejidos no sólo para darles a los niños pobres, sino para no sentirnos tristes. Porque todas las abuelas están en la misma situación que yo: no tienen hijos ni nietos", dice a LA NACION Evelyn, y refleja un fenómeno creciente en Venezuela, con un éxodo que alcanza al 8% de la población.

Evelyn es viuda, tiene 67 años, tres hijos y dos nietos. Su hija mayor, Natalia (40 años), es ingeniera y vive en Estados Unidos desde 2002. Allí, se casó con un venezolano y tuvo dos hijos, Sebastián (9) e Irene (6). Alberto (33), el del medio, es periodista y vive en México. Se fue en 2015, dos años después de que Verónica (32), ingeniera también, decidió instalarse en Chile. "Llevo tres años huérfana de hijos", dice.

"Es muy triste decir que yo me siento feliz de que se hayan ido, que prefiero estar sola", expresa, e inmediatamente se explica: "La inseguridad es total, los problemas económicos son gravísimos, esta juventud no tiene posibilidad de comprar vivienda, auto o de hacer un posgrado. Porque no hay cómo".

Según informes del Observatorio de la Diáspora Venezolana, del sociólogo Tomás Páez, y del Laboratorio Internacional de Migraciones, dirigido por el investigador Iván de la Vega, son alrededor de dos millones y medio los venezolanos que viven en el exterior, repartidos en los cinco continentes, con Estados Unidos como primer destino y América latina en una tendencia en alza.
Los dos principales factores que llevan a los emigrantes a tomar la decisión de dejar el país son la crisis económica y la inseguridad, este último el de mayor peso, señala Tomás Páez, autor de La voz de la diáspora venezolana.

"Lo que dicen los emigrantes es: «Lo que necesito es el principal derecho de la propiedad, el de la vida misma». Lo económico se puede resolver, pero no la pérdida de la vida", explica a La Nación.

Justamente por la inseguridad (Venezuela es el segundo país entre los más violentos del mundo, según el Observatorio Venezolano de Violencia) Evelyn es "enemiga acérrima" de la idea de que sus hijos viajen a Caracas siquiera para visitarla. "Tengo pavor de que en el aeropuerto de Maiquetía los vayan a asaltar", dice.

De sus tres hijos, a Natalia es a la que ve más seguido, dos veces al año. Es que su hija mayor es la que más recursos tiene para invitar a Evelyn a pasar un tiempo con ella y sus nietos en Nueva York, porque ella no puede costear ningún viaje.

"En Estados Unidos me tiene que dar todo mi hija. Ni siquiera puedo invitar a mis nietos a tomar helado, le tengo que pedir dinero para comprarles. Y soy ingeniera", expresa Evelyn, quien, retirada de su profesión, vive del alquiler de la oficina que compartía con su marido.

Aunque a sus dos hijos menores los ve menos, Evelyn mantiene el contacto diario con los tres por teléfono o Skype.

¿Por qué se quedó en Venezuela? "Acá tengo a mis dos hermanas y a mi mamá, que tiene 90. Es otro «bebé» que tengo -responde-. Hasta que mamá no se vaya para el cielo, no podemos tomar ninguna decisión."

A Evelyn le preocupa que el fenómeno del éxodo siga creciendo. "No sólo nos estamos quedándonos huérfanos de hijos, el país se está quedando en una orfandad total. No hay bebes. Esa generación nueva se está acabando", reflexiona.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/2018638-sin-hijos-ni-nietos-en-el-pais-un-caso-extremo-del-exodo-masivo

Comentarios

Entradas populares de este blog

Emigrantes venezolanos en Suiza

Identidad y autoestima: actuando para una audiencia

El arte del auto-sabotaje. Parte 1