Los amigos son tu ciudad

Hay amistades que son un roble. Pasan por mudanzas e inviernos. Cambian de idioma y de edad. Atraviesan siglos, estados civiles, nacionalidades, cambian de leyes y de pasaporte. Y siguen ahí. Impertérritas. Como si nada. Autor anónimo Imagen de PIRO4D en Pixabay Son las amistades mapa. Las que te devuelven tus referencias cardinales. Las que te dan el espejo en el que te sabes ver. Uno puede perder su país porque el país haya cambiado tanto que ya no sea el país que te hizo. Uno puede cambiar de ideas políticas. Uno puede convertirse en padre y en abuelo, y mirar distinto el mundo. Y cuando esas amistades aparecen uno se vuelve a ubicar. No importa si el código postal cambia y cambia de números. Si el idioma que usas es ahora de origen germánico o se engalletó con el Spanglish. Si te va bien o estás pelando. Si tu trabajo es bueno o es un martirio. Esas amistades son un faro. Te recuerdan de quién eres. Y la ruta vuelve a estar clara. Es mucho lo que se ha explotado el concepto de...